
Ingeniero militar que trabajo para los templarios y cuyas modificaciones de la tradicional catapulta le trajeron más de un dolor de cabeza y la enemistad de algunos miembros destacados de la orden. Se dice que estando el gran Maestre del temple revisando un nuevo modelo de catapulta instalado en una plaza fuerte en Tierra Santa (posiblemente en Acre), salió despedido por los aires en dirección a las líneas enemigas.
Mientras volaba, el gran maestre gritó "¡Béauceeeeeeeeent!". Las tropas árabes, al ver venir sobre si el paquete, se apartaron a toda prisa, hecho que dio lugar a que Jacques de Julay tomase a partir de ese momento la palabra "Béaucent " como grito de guerra.
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