sábado, 18 de abril de 2009

El bestiario de Ruy - El deseparanzador

Una vez fui testigo de un acto miserable y cruel. Una individua, que se presentaba así misma como docta en historia y otras disciplinas afines, trabaja de convencer a una anciana de 78 años, de fé católica, acerca de la falsedad historica de la figura de Jesucristo. La anciana, no sabía como responderle, trataba de hacerlo desesperadamente, mientras recibia golpes dialécticos por todas partes. Cuando por fin pudo marcharse, liberada por aquel demonio, una mirada algo perdida y triste, dejava entrever miedo y que, una larga lista de sinsabores, elaborada en una larga y azarosa vida, había quedado, de repente sin respuesta. Finalmente, dejó salir de su boca un tremulo "adiós", despareciendo entre una multitud en la que la pobre anciana no podía ser mas anónima.

El estudio de cualquier disciplina, no nos capacita tan solo para labrarnos un porvenir, sino que nos permite entender en profundidad la naturaleza de un determinado problema. Cuando estudiamos, nos doctoramos pues en un problema. Esto implica que si lo resolvemos, al menos en parte, estamos ayudando al mundo a mejorar. Luego, el que estudía, si es humano, debe tener, en el centro de su mente y de su corazón este proposito. Esta, es la finalidad última. Un individuo asi se define como "ser humano", y por tanto, posee "humanidad". Aquella persona docta, al no poseer humanidad, perdío el valor de todos sus conocimientos.

Dicho de otra forma, quien tenga humanidad, es el afortunado poseedor de un gran tesoro, que le permitirá, entre otras cosas, obtener un gran conocimiento.

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